Actualmente un 16% de la energía destinada a la climatización en la Unión Europea se genera a partir de biomasa.
El consumo energético en calefacción y refrigeración supone aproximadamente un 50% del total. El 82% de este consumo se genera a partir de combustibles fósiles, el 16% con biomasa y el 2% que resta se cubre con otras energías renovables. Teniendo en cuenta estos datos, la bioenergía y las energías renovables se están convirtiendo en una prioridad en la política de climatización. Es en los edificios donde se están concentrando los esfuerzos, de tal modo que en hogares y oficinas la conversión sea total.
La bioenergía es la apuesta líder entre las energías renovables para el uso térmico (actualmente supone el 88% de la energía empleada para calefacción y refrigeración en Europa). Está en camino de convertirse en la principal fuente de energía en Europa, por encima del carbón. ¡Y tiene el potencial de ofrecer más! La instalación en hogares, escuelas, hoteles y tiendas de sistemas alternativos, como las estufas de pellets o las calderas de astillas podrían mejorar notablemente la independencia energética de la Unión Europea.
Europa cuenta con los recursos naturales necesarios para impulsar el desarrollo sostenible de la bioenergía, cuya contribución para alcanzar objetivos de la UE para 2020 es crucial
Es muy importante destacar que, al contrario de la creencia común, los bosques de la Unión Europea han estado creciendo de forma continua durante los últimos años. En 1990, los bosques europeos acumulaban 19.700 millones de m³, y en 2015, alcanzaron los 26.000 millones de m³, lo que significa un incremento de un 34% durante el último cuarto de siglo, que coincide con los años en los que se está usando la biomasa de forma tecnificada (pellets y astillas) como fuente de energía renovable.